Aún más dañino que engañar a otros es engañarse a sí mismo. Muchas acciones están basadas en muy buenas intenciones, pero la esencia misma de ellas carecen de fascinación para uno mismo. Sin ello no hay pasión; sin pasión, creo yo, no hay un buen trabajo. La falta de sinceridad y confianza en sí mismo, deriva finalmente en dolor ajeno y propio.
Si lo digo por lo personal, creo que no menos valor tiene en lo profesional.
A medida que pasa el tiempo y habiendo sido parte consciente de lo que podría llamar el movimiento por el Diseño Social (Social Design), veo cómo se prolifera e incluso las corporaciones, que incluso las posiciones menos contestatarias peleaban, limpian su imágen a través de iniciativas basadas en soluciones que aplican diseño social. Muchas no sólo buscan limpiar su imágen, sino que se han comprometido sinceramente con reparar errores del pasado. Lo digo basado en el testimonio sincero de Cameron Sinclair, fundador de Architecture for Humanity (www.architectureforhumanity.org), al describirnos su trabajo junto con Nike. Sí, los que en los 80s y 90s dejaban que niños fabricaran nuestros zapatos.
Ahora, también resulta inevitable ser esceptico, sobretodo a medida que la desigualdad impera y aumenta, ya no sólo en el mundo en desarrollo, sino también en los países más avanzados, por culpa de una visión tan cesgada y de corto plazo de directivos, administradores, servidores públicos y votantes inconscientes o desinteresados.
Qué tiene el diseño social que ver con la desigualdad, las malas políticas corporativas y públicas? Que puede ser una herramienta para lavar. Tal y como lo ha sido el argumento de la sostenibilidad en la industria automotriz, que empieza a vender al carro eléctrico como la solución, mientras se siguen apilando toneladas de materiales que no pueden ser devueltos ni a la industria, ni a la tierra. Ser menos dañino, no es ser beneficioso.
Qué me motiva retomar esto después de tanto tiempo? Bien, la nueva iniciativa de Coca Cola con los contenedores EKOCENTER, para purificación de agua.
Todo esto es positivo, pero espero que no haya que exigirle a The Coca Cola Company que ubiquen un buen número de estos contenedores en la puerta de atrás de cada una de sus plantas, para purificar toda el agua que se pelean con las comunidades a quienes proveen con sus productos.
Si lo digo por lo personal, creo que no menos valor tiene en lo profesional.
A medida que pasa el tiempo y habiendo sido parte consciente de lo que podría llamar el movimiento por el Diseño Social (Social Design), veo cómo se prolifera e incluso las corporaciones, que incluso las posiciones menos contestatarias peleaban, limpian su imágen a través de iniciativas basadas en soluciones que aplican diseño social. Muchas no sólo buscan limpiar su imágen, sino que se han comprometido sinceramente con reparar errores del pasado. Lo digo basado en el testimonio sincero de Cameron Sinclair, fundador de Architecture for Humanity (www.architectureforhumanity.org), al describirnos su trabajo junto con Nike. Sí, los que en los 80s y 90s dejaban que niños fabricaran nuestros zapatos.
Ahora, también resulta inevitable ser esceptico, sobretodo a medida que la desigualdad impera y aumenta, ya no sólo en el mundo en desarrollo, sino también en los países más avanzados, por culpa de una visión tan cesgada y de corto plazo de directivos, administradores, servidores públicos y votantes inconscientes o desinteresados.
Qué tiene el diseño social que ver con la desigualdad, las malas políticas corporativas y públicas? Que puede ser una herramienta para lavar. Tal y como lo ha sido el argumento de la sostenibilidad en la industria automotriz, que empieza a vender al carro eléctrico como la solución, mientras se siguen apilando toneladas de materiales que no pueden ser devueltos ni a la industria, ni a la tierra. Ser menos dañino, no es ser beneficioso.
Qué me motiva retomar esto después de tanto tiempo? Bien, la nueva iniciativa de Coca Cola con los contenedores EKOCENTER, para purificación de agua.